miércoles, 28 de mayo de 2008

EDITORIAL


Deja vu
Parece que las tragedias nuevas, como la muerte de los feligreses de una iglesia evangélica, arrastrados por la corriente de aguas lluvias en la Málaga, ya se vivieron en el pasado. El huracán Mitch y otros fenómenos naturales que permanentemente se experimentan en nuestro país nos han hecho acumular experiencias repetidas.
Se han venido realizando acciones gubernamentales y de las alcaldías con apoyo internacional, pero no han sido suficientes. La tragedia nos recuerda que deben intensificarse las acciones para disminuir los efectos de los desastres naturales, tanto para prevenirlos como para mejorar las respuestas.
Un esfuerzo importante, nacido a partir de los efectos del huracán Mitch, lo constituye la elaboración de estudios y mapas de riesgo, como lo ha hecho el SNET, el Ministerio de Medio Ambiente y algunas alcaldías. No obstante, la información todavía es parcial, en muchos casos no han participado los ciudadanos, no hay registros históricos, la información no se ha compartido con la comunidad y no está disponible para el público, no se han señalizado todos los lugares de riesgo, etc.
En realidad los riesgos o peligros en nuestro país van más allá de los ambientales o causados por desastres naturales. Por ejemplo en lo relativo a la seguridad vial, existe infinidad de problemas: falta de señalización adecuada y vallas de protección, rótulos equivocados, calles mal diseñadas, calles y aceras tomadas por ventas o negocios, vehículos en mal estado, reparaciones inapropiadas de automotores, taludes peligrosos, vallas publicitarias, postes del tendido eléctrico o telefónico sin controles o supervisiones de seguridad, etc.
Existe una idea culturalmente extendida: los espacios públicos no son un lugar compartido, sino un lugar libre del que se puede apropiar cualquiera. No solo los particulares se apropian de espacios públicos. El Estado sin seguir los procedimientos formales se apropió del parque Venustiano Carranza para convertirlo en parte de las instalaciones de Casa Presidencial y Radio Nacional. La Asamblea Legislativa se apropió de parte de la Plaza Cívica para convertirla en parqueo privado, y la Corte Suprema de Justicia, el Ministerio de Gobernación y particulares se han adueñado del resto de la Plaza Cívica. Por ello el tratamiento del espacio público de acuerdo con la ley de manera ordenada e igualitaria debe ser prioritario. Además la persona humana no es prioridad en muchas obras públicas. Cuando se hacen carreteras o puentes, no se realizan pasos de peatones o no se dota de seguridad a estos.
En realidad necesitamos un mapa de riesgos que incluya ríos y lagos contaminados, carreteras en mal estado, lugares sin señalización adecuada, zonas sin unidades de socorro cercano o inaccesibilidad del lugar, zonas de mayor frecuencia de accidentes y delitos, etc. No solo colocando rótulos en el lugar, sino habilitando un sitio en internet amigable e interactivo y desplegar información disponible en alcaldías, instituciones educativas y unidades de salud. Los mapas deben elaborarse por todas las instituciones involucradas en concurso con los habitantes de los diferentes lugares de riesgo.
Además se requiere no solo que las instituciones de socorro, o las alcaldías, bomberos, Policía, etc., estén en el lugar en el tiempo oportuno, sino que cuenten con el equipo adecuado. Se cita que en el caso ocurrido en la Málaga algunas instituciones llegaron al lugar, pero no pudieron hacer nada por falta de medios apropiados. Qué pasaría si en la actualidad se produjera un incendio en los pisos superiores del edificio más alto de San Salvador? ¿Existe una bomba que impulse el agua a suficiente presión, grúas o escaleras para alcanzar a rescatar a posibles víctimas de un edificio o aeronaves para combatir incendios? La respuesta en una frase: Se necesita más planificación con participación ciudadana.
Henry Campos